jueves, 25 de marzo de 2010

¿Es tan contaminante la producción de carne?


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El lado oscuro de los asados
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Dicen que el 18% de gases invernadero es por la producción de carne
Sigue sacando las garras.

Tras crítica, la FAO reexamina informe en responsabiliza a la producción de ese alimento con el 18% de emisiones de gases de tipo invernadero.

Especialistas de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) reexamina nuevamente los supuestos efectos de la producción de carne sobre el cambio climático, luego de afirmaciones de que el informe original exagera el vínculo.

Ese informe de 2006 concluyó que la producción de carne era responsable de 18% de las emisiones de gases de tipo invernadero, más de lo que genera el transporte.

Sin embargo, un nuevo análisis, presentado durante una reunión científica en Estados Unidos, afirma que la comparación con el transporte es errónea.

El informe original ha sido citado por activistas que abogan por una dieta mayoritariamente vegetariana, incluyendo el ex Beatle, Paul McCartney.

McCartney fue una de las personalidades que lanzó la campaña de finales del año pasado titulada "Menos carne = menos calor".

Pero reducir la producción y el consumo de carne sería menos beneficioso para el clima de lo que antes se pensaba, expresó Frank Mitloehner de la Universidad de California en Davis (UCD), en Estados Unidos.

"Una crianza más inteligente de animales, no menos crianza, equivaldrá a menos calentamiento", afirmó a los delegados de la Sociedad Química de Estados Unidos (ACS, por sus siglas en inglés) reunidos en la ciudad de San Francisco.

"Producir menos carne y leche solo resultará en más hambruna en los países pobres".

Confundir manzanas con naranjas

Figuras como el director del Grupo Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) han citado el dato del 18% como una de las razones para que las personas consideren consumir menos carne.

El informe de 2006 -La larga sombra del ganado, publicado por la FAO- llegó a la cifra sumando todas las emisiones de gases invernadero asociados con la producción de carne de la granja a la mesa, incluyendo la producción de fertilizantes, despeje de tierras, emisiones de metano por la digestión de los animales y la utilización de vehículos en las granjas.

El doctor Mitloehner señaló que los autores del documento no calcularon las emisiones generadas por el transporte utilizando los mismo parámetros. En este caso, sólo se basaron en las cifras del IPCC, que solo incluían la quema de combustibles fósil.

"Este análisis parcializado es un clásico ejemplo de la analogía de 'manzanas y naranjas' que realmente confundió el tema", manifestó.

Uno de los autores del informe de la FAO, el director de Asuntos Ganaderos, Pierre Gerber, dijo a la BBC que aceptaba la crítica de Mitloehner.

"Debo decir con sinceridad que es un argumento válido. Nosotros facturamos todo para calcular las emisiones en cuanto a la carne, pero no hicimos lo mismo respecto al transporte", reconoció.

"Pero el resto del informe, no creo que haya sido realmente cuestionado", añadió.

La FAO trabaja emprende ahora un análisis mucho más completo sobre las emisiones de la producción de carne, dijo el funcionario.

Éste se entregará a finales del año y deberá permitir hacer comparaciones entre dietas, como la carnívora y la exclusivamente vegetariana.

Varias medidas

Las organizaciones usan diferentes métodos para relacionar las emisiones con diferentes sectores de la economía.

En el intento de reunir todo lo asociado con la producción de carne, el equipo de la FAO incluyó, por ejemplo, las contribuciones del transporte y la deforestación.

En comparación, el método del IPCC reúne todas las emisiones de la deforestación en un lote separado, así la tala de árboles se deba a la agricultura u otra razón; y hace lo mismo con el transporte.

Esta es una de las principales razones por las que la cifra de 18% aparenta ser demasiado alta para algunos observadores.

La mayoría de las emisiones relacionadas con la carne provienen del despeje de tierras y la expulsión de metano asociada con la digestión de los animales.

Otros académicos arguyen que la carne es una fuente necesaria de proteína en algunas sociedades con pocos recursos alimenticios y que en las zonas áridas de África Oriental y cerca del Ártico, donde los cultivos no pueden sobrevivir, una dieta carnívora es la única opción.

El doctor Mitloehner sostiene que en naciones desarrolladas como Estados Unidos -donde la emisiones por el transporte reflejan casi 26% del total para el país, comparado a 3% por la crianza de ganado- la carne es el blanco equivocado en los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono.

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