Los vuelos comerciales al espacio están un paso más cerca de convertirse en realidad. Este fin de semana el magnate inglés Richard Branson, dueño de Virgin Galactic, ha mostrado al mundo cómo van la obras del aeropuerto espacial que está construyendo en Estados Unidos. Si todo va bien, en un año estará operativo.
El aeropuerto está en el sur de Nuevo México, en un desierto a unos 20 kilómetros de la población más cercana. El diseño es del arquitecto Norman Foster.
Su aspecto es como el de una suave ola en medio del desierto. Una onda plateada. El edificio está dividido en tres zonas, una para astronautas y acompañantes, otra para las salas de control y la tercera es un súperhangar donde duermen las naves.
La pista ya está terminada. Mide 3 kilómetros de largo y 61 metros de ancho. Y desde ella despegó y en ella aterrizó la espectacular nave WhiteKnightTwo, apodada EVA (en honor a la madre de Richard Branson). EVA es la nave nodriza, es la encargada de llevar en su vientre a la SpaceShipTwo, que es la nave en la que viajarán los turistas.
EVA transporta a la SpaceshipTwo hasta una altitud d 16 kilómetros. A partir de entonces, la Spaceshiptwo continua sola su camino hacia el espacio, encenderá su cohete y viajará a 4.000 kilómetros por hora hasta situarse a 110 kilómetros de la Tierra mientras EVA regresa a casa.
Un vuelo al espacio de dos horas y media
Un vuelo dura dos horas y media. A los 45 minutos del despegue, los viajeros habrán recorrido toda la atmósfera, se encontrarán en medio de un espacio, negro e infinito y podrán intuir la curvatura de la Tierra. Tras la separación de EVA en un minuto y medio llegarán a la posición deseada a, como decíamos, 110 kilómetros de la Tierra.
Allí parará durante cuatro minutos y los turistas espaciales podrán flotar en ingravidez y contemplar desde las múltiples ventanillas de la nave la inmensidad del espacio y el planeta Tierra como nunca lo habían visto jamás y como probablemente nunca más lo verán. Luego, tardarán otros 45 minutos para regresar a casa.
Un viaje no para todos los bolsillos
El viaje al espacio cuesta 144.000 euros. Por el momento, unos 370 personas han reservado su plaza y 70 de ellos han estado este fin de semana en Nuevo México viendo los avances en la construcción, viendo cómo volaba EVA y empezando a sentir mariposas en el estómago ante el ya inminente viaje.
Hay doce españoles que han formalizado su reserva de este sueño hecho realidad.
Entre ellos figuran el propietario de la famosa administración de lotería La Bruja de la Suerte, un ex directivo de Chupa Chups o la propietaria de Bru&Bru, la única agencia de viajes a la que le permite Virgen Galactics ofrecer estos vuelos en España y Andorra. Por el momento, ya lo oyen, los precios son prohibitivos.
Pero la idea de Branson es hacerlo accesible a todo el mundo. Llegará un momento, en el que, dice, podrán bajar las tarifas.
Un vuelo al espacio de dos horas y media
Un vuelo dura dos horas y media. A los 45 minutos del despegue, los viajeros habrán recorrido toda la atmósfera, se encontrarán en medio de un espacio, negro e infinito y podrán intuir la curvatura de la Tierra. Tras la separación de EVA en un minuto y medio llegarán a la posición deseada a, como decíamos, 110 kilómetros de la Tierra.
Allí parará durante cuatro minutos y los turistas espaciales podrán flotar en ingravidez y contemplar desde las múltiples ventanillas de la nave la inmensidad del espacio y el planeta Tierra como nunca lo habían visto jamás y como probablemente nunca más lo verán. Luego, tardarán otros 45 minutos para regresar a casa.
Un viaje no para todos los bolsillos
El viaje al espacio cuesta 144.000 euros. Por el momento, unos 370 personas han reservado su plaza y 70 de ellos han estado este fin de semana en Nuevo México viendo los avances en la construcción, viendo cómo volaba EVA y empezando a sentir mariposas en el estómago ante el ya inminente viaje.
Hay doce españoles que han formalizado su reserva de este sueño hecho realidad.
Entre ellos figuran el propietario de la famosa administración de lotería La Bruja de la Suerte, un ex directivo de Chupa Chups o la propietaria de Bru&Bru, la única agencia de viajes a la que le permite Virgen Galactics ofrecer estos vuelos en España y Andorra. Por el momento, ya lo oyen, los precios son prohibitivos.
Pero la idea de Branson es hacerlo accesible a todo el mundo. Llegará un momento, en el que, dice, podrán bajar las tarifas.
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