Olimpia no era una ciudad de Grecia, sino una serie de monumentos y templos erigidos con motivo de las celebraciones de los Juegos Olímpicos. De todos los templos, el más hermoso e importante, era el Templo erigido en honor a Zeus (Júpiter, para los romanos). La construcción de este templo culminó en el año 450 a.c. Es el interior del templo lo que nos interesa ahora, ya que fue allí donde Fidias construyó una de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo. Se trataba de una estatua de Zeus de 12 metros de alto.
Fidias fue uno de los más famosos escultores del Mundo Antiguo. Elogiado por su plasticismo, degradación de claroscuros, su representación especial del cuerpo humano, etc. Fidias representa al dios sentado sobre un trono. La estatua estaba modelada en marfil. No podemos decir que estaba esculpida, ya que el marfil era remojado en un líquido determinado para hacerlo más maleable. Sentado en su trono, Zeus tenía la mirada dirigida hacia abajo, en una actitud paternal. Tenía el torso desnudo y un manto coronado de lirios cubría sus piernas. La cabeza coronada de olivo, en la mano izquierda sostenía una Niké (diosa de la victoria en la mitología griega) y en la derecha un cetro rematado por un águila y los pies envueltos en sandalias de oro
El trono, por sí mismo, constituía una obra de arte. Construido en marfil, ébano, oro y piedras preciosas. Las patas, respaldo y brazos estaban labrados reproduciendo la mitología griega, como el caso de la matanza de los hijos de Niobe, el combate de Teseo y Las Amazonas o la escultura de Atenea. El basamento de la estatua estaba decorado con el nacimiento de la diosa Afrodita. Según Pausanias, se veía a Afrodita emerger del mar y siendo acogida por Eros.
No hay imágenes fidedignas de esta estatua, pero sí hay reproducciones hechas en medallas conmemorativas acuñadas en Elis en la época de Adriano (quien reinó siglos después de la construcción de la estatua). Lo más importante de la creación de esta estatua reside en que, a partir de la visión de Fidias, se fijó la idea de lo que el dios debía ser.
Cuenta la leyenda que cuando Fidias terminó de construir la estatua, le pidió a Zeus una señal de aprobación de su obra. El dios respondió enviando un rayo a los pies del escultor dejando una grieta en el suelo que, durante años, sería protegida con una urna. A diferencia de algunas de las Maravillas del Mundo Antiguo, esta perduraría durante unos mil años.
Fidias fue uno de los más famosos escultores del Mundo Antiguo. Elogiado por su plasticismo, degradación de claroscuros, su representación especial del cuerpo humano, etc. Fidias representa al dios sentado sobre un trono. La estatua estaba modelada en marfil. No podemos decir que estaba esculpida, ya que el marfil era remojado en un líquido determinado para hacerlo más maleable. Sentado en su trono, Zeus tenía la mirada dirigida hacia abajo, en una actitud paternal. Tenía el torso desnudo y un manto coronado de lirios cubría sus piernas. La cabeza coronada de olivo, en la mano izquierda sostenía una Niké (diosa de la victoria en la mitología griega) y en la derecha un cetro rematado por un águila y los pies envueltos en sandalias de oro
El trono, por sí mismo, constituía una obra de arte. Construido en marfil, ébano, oro y piedras preciosas. Las patas, respaldo y brazos estaban labrados reproduciendo la mitología griega, como el caso de la matanza de los hijos de Niobe, el combate de Teseo y Las Amazonas o la escultura de Atenea. El basamento de la estatua estaba decorado con el nacimiento de la diosa Afrodita. Según Pausanias, se veía a Afrodita emerger del mar y siendo acogida por Eros.
No hay imágenes fidedignas de esta estatua, pero sí hay reproducciones hechas en medallas conmemorativas acuñadas en Elis en la época de Adriano (quien reinó siglos después de la construcción de la estatua). Lo más importante de la creación de esta estatua reside en que, a partir de la visión de Fidias, se fijó la idea de lo que el dios debía ser.
Cuenta la leyenda que cuando Fidias terminó de construir la estatua, le pidió a Zeus una señal de aprobación de su obra. El dios respondió enviando un rayo a los pies del escultor dejando una grieta en el suelo que, durante años, sería protegida con una urna. A diferencia de algunas de las Maravillas del Mundo Antiguo, esta perduraría durante unos mil años.
No se sabe bien cuál fue el final de esta estatua. Hay quienes afirman que fue destruida durante los terremotos del siglo VI d.c., otros aseguran que fue destruido durante el incendo provocado por los fanáticos cristianos durante el reinado del emperador bizantino Teodosio II (siglo V d.c) y otros, entre ellos Cedrenus, cuentan que la estatua sobrevivió a dicho incendio y fue rescatada por el coleccionista Lauso de Constantinopla. Esto fue lo último que se supo de la Estatua de Zeus.
Si bien no se sabe a ciencia cierta el destino final de esta obra de arte, sí se puede asegurar que fue ( junto a las Pirámides, El Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría, entre otros) una muestra de la grandiosidad y majestuosidad de los habitantes del Mundo Antiguo.
Si bien no se sabe a ciencia cierta el destino final de esta obra de arte, sí se puede asegurar que fue ( junto a las Pirámides, El Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría, entre otros) una muestra de la grandiosidad y majestuosidad de los habitantes del Mundo Antiguo.
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